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Víctor Antonio Palma Castillo tuvo que esperar 16 años en la cárcel a que llegara una persona que creyera en su inocencia y lo ayudara a salir de prisión.

Y finalmente, en marzo pasado, el hombre acusado de participar en el secuestro de una pareja de ancianos fue liberado tras ganar un amparo que lo excluye de la responsabilidad.

El amparo directo 501/2011, emitido por el Magistrado Ponente Juan José Olvera López, del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, menciona que Palma Castillo fue coaccionado, bajo amenaza de muerte o de dañar a su familia, para participar en el secuestro de una pareja de viejitos.

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EN UN BAR DE TABASCO

Corría el año de 1996. Víctor Antonio, un joven veinteañero, trabajaba en un bar de Villahermosa, Tabasco, como empleado de seguridad.

Una noche conoció en el lugar a un hombre que lo llevaría a la perdición: Moisés Arceo.

Entre el 15 y 20 de octubre de ese año, Arceo mantuvo contacto con Víctor, y luego de conocer su domicilio y a su familia, le ofreció trabajo en la Ciudad de México.

El salario era bueno y sólo tenía que ser chofer y guardaespaldas de una mujer de la que sabía muy poco, nada más que se llamaba Katinka Gabriela Solís Barrera y que era prima de su nuevo jefe.

El 24 de octubre de 1996, Víctor Antonio llegó al DF, cargado de esperanzas que le duraron muy poco.

Dos días después se enteraría de las verdaderas actividades de Moisés y Katinka.

Ambos eran los líderes de una banda de secuestradores. Los delincuentes incluso ya tenían planeado su siguiente golpe, contra un matrimonio de la tercera edad.

Las órdenes fueron claras: Víctor Antonio, un hombre de 23 años de edad y casi 2 metros de estatura, debía participar en el secuestro.

Aunque se negó a ayudarlos, lo amenazaron. Moisés le demostró que tenía ubicada a su familia en Tabasco, que tenía armas de fuego y conocía mucha gente que les haría daño o los mataría, lo que le provocó miedo y por eso los acompañó.

Fue así como, de la noche a la mañana, se convirtió en secuestrador.

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A las 2:00 horas del 26 de octubre Víctor, junto con Moisés, Katinka y otros cómplices, llegó a la casa de las víctimas, en la Colonia Escandón, de la Delegación Miguel Hidalgo. 

Katinka y Víctor se quedaron al interior del vehículo en ese momento, mientras los varones, con cuerdas, guantes y pinzas, subieron por la casa contigua, rompieron el cable del teléfono y se metieron a la residencia por la ventana del baño, ya una vez dentro someten a las dos personas adultas y las llevan a la sala

Luego de robar la vivienda se llevaron a las dos personas adultas a una casa de seguridad que se encuentra ubicada en la zona el Ajusco en la colonia ampliación miguel Hidalgo donde permanecieron secuestrados junto con Víctor, quien también se encontraba amagado ya que les había expresado que no se encontraba de acuerdo con lo que estaba sucediendo. 

A Victor lo tenían amagado  como una victima mas, según las declaraciones de la pareja de viejitos, el siempre los protegió y les dijo que mientras el estuviera ahí, no iba a permitir que le hicieran nada. Cuando al fin la policía dio con el paradero de la banda de secuestradores, tomaron a Víctor como un secuestrador más y no como víctima. Lo torturaron antes de presentarlo ante el ministerio publico y lo obligaron a firmar una declaración en donde el aceptaba los delitos que se le imputan. Así fue como empezó su largo difícil camino, estando 16 años en prisión acusado injustamente y sin que nadie pudiera creer en el y así demostrar su inocencia. 

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